Rafael Lechowsky acusa de plagio a Kase O

El día de ayer, durante su estadía en México, Rafael Lechowsky publicó a través de su página oficial en Facebook un “triste comunicado”, como el mismo lo define, en el que acusa, pero sin mencionar su nombre, al rapero Kase O por supuestamente copiarle ideas y conceptos que Lechowsky tenía preparados para su próximo álbum: “Quarcissus”, el cual saldrá en noviembre. Aparentemente, Rafael le confió estos conceptos a Kase, pero el miembro de Violadores del Verso se le adelantó y los incluyo en su nuevo álbum “El Circulo”, que salió apenas la semana pasada. Hasta el momento, Kase no ha publicado una réplica al respecto de la controversial acusación.

A continuación te dejamos el comunicado íntegro de Rafael Lechowsky:

TRISTE COMUNICADO:

La semana pasada se estrenó el disco de un artista y de una persona a la que admiraba profundamente, al cual consideraba un compañero de oficio y al que abrí las puertas de mi casa en varias ocasiones en los meses pasados. En nuestros encuentros, con todo cariño y confianza, le abrí mi corazón y le desvelé los humildes entresijos de mi próxima obra Quarcissus: El arte de desamar, secreto que he guardado con el más prudente y celoso silencio durante muchísimos años (de esto el público tiene completa constancia), pero anunciada ya mi fecha de salida, me sentí con fuerza y valor suficientes para compartirlo con él. Le hablé en profundidad del concepto que regía mi obra, los rasgos que la hacían genuina, los pilares fundamentales sobre los que se sostenía y, ante todo, mis miedos, mi inseguridad respecto a la misma, mi obstinación y mi amor en el largo y desesperado trabajo de casi una década, de un proyecto totalmente personal y autobiográfico. Sentí en todo momento su apoyo y su aparente admiración; manifestaba asombro por mi idea, la cual reconocía como arriesgada pero singular, y recibí con atención sus alentadores consejos, con los cuales me animaba ardientemente a llevar adelante mi idea a toda costa, vaticinando y deseándome el éxito. Del mismo modo, él me describía los detalles de su obra también próxima a salir a la luz, con el precioso privilegio de ofrecerme la invitación de colaborar en ella, y para la cual escribí unos humildes versos, los cuales le envié con toda ilusión. En posteriores encuentros, yo ya de regreso de las grabaciones de Quarcissus, compartí con él mi alegría de haber logrado salvar esas dificultades que se presentaban en la interpretación de mi obra, los mismos que la hacían de algún modo carismática, y celebraba con él que, oficialmente, tenía la primera parte del trabajo (ACTO 1: LA TRAICIÓN) terminado, a la espera mi publicación en el mes de noviembre.

El tiempo nos distanció unos meses, y recibí su noticia de que, finalmente, por problemas de tiempo y logística, mi colaboración no aparecería en su disco, el cual estaba previsto para septiembre. Respondí con dulce tristeza y aceptación y le pedí con entusiasmo que al menos nos sentásemos a oír, a celebrar y brindar por su disco ya terminado, a lo que respondió con gratitud. Nunca recibí dicha llamada. Y lo siguiente fue ya un golpe del que todavía no he logrado recomponerme. El mismo día de la salida oficial de su disco recibí numerosas llamadas de personas cercanas, algunas incluso conocidos en común, que habían oído recientemente la versión definitiva del Master de mi obra y los cuales me alertaban de encontrar graves parentescos conceptuales con su disco. Corrí a oírlo y no quería creerlo: ¡ahí estaba uno de los pilares de Quarcissus! Lo llamé varias veces por teléfono pero no me respondió, ni tampoco me devolvió la llamada nunca, hasta día de hoy. Llego la noche, me desplomé en llanto, y mis familiares y amigos se abalanzaron de inmediato sobre él con duras críticas en la Red, por la cuales ahora aprovecho públicamente para pedir disculpas, pero las cuales agradezco en privado, como signo de su lealtad, amor, apoyo y creencia en mí. 
Al día siguiente encontré en mensaje suyo en Whatsapp preguntando si las críticas de mi familia eran originadas por su canción “X”, y que si era así, estábamos locos. Le dije que sí, y que no entendía que si estábamos tan locos, en todos estos meses nunca me habló de que uno de los conceptos básicos de mi obra aparecía también en la suya, de saber esto, no se habría generado ahora este conflicto, a lo que respondió que el “concepto” le surgió de manera espontánea durante las grabaciones y que en ningún momento se acordó de mi proyecto, solo ya en el momento de la masterización del disco le vino a la mente mi nombre y el recuerdo de que mi obra se regía por ese rasgo. Por supuesto, en el momento de esa masterización tampoco se dignó a llamarme.

No he podido creerlo y llevo una semana derrumbado, actualmente a 12000 km de mi casa, incapaz de levantar la sonrisa. Sus posteriores mensajes han sido de tristeza y sentimiento de culpa, reconociendo que tal vez pudiese haberlo traicionado el subconsciente en el momento de esa creación y grabación, y que se siente muy mal por mí, por haber pisado “inconscientemente mi idea”, y que quisiera hacer todo lo posible por aclarar esta situación frente al público, y alejarme de cualquier futura acusación de plagio, pero que no sabía exactamente cómo proceder. Yo le he dicho con toda mi humildad que eso tiene que salir de su corazón, que yo no me atrevo a dictarle qué debe hacer, y que si no lo siente que mejor no lo haga, que trataré de salir adelante. Y, efectivamente, los días pasan, y no hay ninguna explicación pública por su parte, sólo laureles por su trabajo, a un problema que inevitablemente se va a convertir en público para mí, puesto que ahora me toca a mí defender la autoría y originalidad de mi propia obra frente al espectador a partir del 30 de noviembre de 2016. Me siento desolado, traicionado, no tanto en lo artístico, pues en realidad sé que nadie es dueño de ningún concepto, todo está inventado de algún modo, pero en este caso considero que sí era mío el derecho a la prioridad, y me siento horriblemente decepcionado en lo humano, por la frialdad y la falta de sensibilidad, por la competencia y competición desleal de esta persona y artista que no me ha tenido demasiado respeto.

Son mis amigos quienes me animan a que escriba este comunicado, en realidad soy cobarde e incluso siento culpa por hacerlo, y es un gran acto de valentía por mi parte. Eso sí, no quiero dar nombres, títulos, detalles; no quiero crear un conflicto concreto y que parezca que quiero aprovecharme de ello para mis propios fines; sólo quiero sacar de mí este terrible sentimiento para que no se enquiste y defender con honestidad y amor mi trabajo, el cual ha recibido un fuerte golpe, perdiendo gran parte de su sorpresa y esencia, y que después de 8 años, trabajando junto a 10 profesionales más e invirtiendo miles y miles de euros, aún debe aguardar ansioso durante dos meses más, con una ilusión muy debilitada, su salida.

30 de septiembre de 2016, Guadalajara, México.

Rafael Lechowski