¿Cómo funciona un lowrider?

Un poco de historia
La fiebre de los autos modificados o tunning inició hace mucho tiempo, más o menos en los años cincuenta en la ciudad de Los Ángeles, California. Las modificaciones casi siempre consistían en cambiar los rines por unos mejores, detalles artísticos en la pintura y trabajos en los interiores, pero la cereza del pastel era siempre bajarlos al nivel del asfalto, de ahí su nombre: Lowrider.

Los lowrider y su movimiento fueron creados por los chicanos y mexicanos radicados en Estados Unidos. Después esta cultura fue rápidamente adoptada por los afroamericanos.

En un comienzo, para lograr bajar la estatura del carro se colocaban sacos de arena en el maletero o se modificaba la suspensión. En aquella época las autoridades se percataron de esto y pusieron trabas para que no pudieran circular. Con el paso del tiempo, en los años setenta, se descubrió que los sistemas hidráulicos para construcción podían adaptarse a los vehículos, lo que permitía subirlos y bajarlos en el momento que se desee, e incluso, hacerlos saltar como locos.

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Este sistema especializado puede ser instalado en casi cualquier automóvil o camioneta, pero los mejores, por su esencia, tamaño y resistencia, son los autos clásicos. El más popular es el Chevy Impala de 1964, pero igual son muy utilizados los Chevrolet Caprice y Chevrolet Montecarlo, así como los de otras marcas como Cadillac, Buick, Oldsmobile, Ford y Chrysler.

En los noventa los lowrider obtuvieron fama mundial gracias a raperos como Dr. Dre, Ice Cube, Snoop Dogg, Cypress Hill, Kid Frost, y varios más que los utilizaban con frecuencia en sus videos.

La mayoría de las personas que tienen un lowrider son miembros de algún club o grupo social en el que se reúnen para compartir el gusto por este pasatiempo, cultura  y estilo de vida. En algunas ciudades se organizan exposiciones y concursos en los que compiten por quien tiene el auto más chingón o el que más salta, todo en un ambiente de puro carnalismo y para toda la familia.

¿Cómo funciona?
Sustituyendo la suspensión normal por una modificada. En la cajuela un par de bombas se encargan de bombear aceite por mangueras para llevarlo a los cilindros de la nueva suspensión, lo que hará que estos cilindros crezcan o se hagan más pequeños para subir y bajar el vehículo. Un gran resorte en cada neumático servirá para amortiguar y darle más fuerza a los saltos.

La energía de las bombas proviene de un conjunto de baterías de 24 volts instaladas también en la parte trasera. A través de un controlador con palancas se envía la orden a las bombas para subir y bajar el lado que se desee. Existe un nuevo sistema que en vez de aceite funciona con aire, es más económico y más fácil de utilizar, pero no tiene el mismo punch que los hidráulicos.

En México las ciudades con mayor cantidad de lowriders son Tijuana y Mexicali, por su cercanía con California, aunque también hay muchos en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.

¿Cuánto cuesta?
Tener un lowrider no es cualquier cosa, se necesita dedicarle tiempo, dinero y esfuerzo. Algunas personas llevan esto muy lejos, a otras ligas. Invierten mucho dinero, a veces restauran e instalan todo el mecanismo ellos mismos, podrían ser considerados como coleccionistas. Ahora que si te sobra el dinero o piensas comprar un carro nuevo, un lowrider podría ser una idea interesante.

Lo más efectivo es cruzar la frontera y hacerlo en Los Ángeles, pero como no es tan fácil hay que considerar otras opciones. Si ya tienes el coche, puedes comprar el sistema hidráulico o de aire a través de internet y conseguir que un mecánico de tu ciudad te lo instale. En la página www.coolcars.org podrás conseguir kits completos desde los $25 mil hasta los $35 mil pesos. Aunque no lo creas, también hay algunos lowriders a la venta por internet.